No nos sorprende de Hildebrant, el Conservador que admira al dictador Velasco

Hace unas horas Cesar Hildebrant (líder de opinión y conocimientos de muchxs de izquierda y respetado por la derecha) ha escupido de nuevo su Conservadurismo con la frase colocada en la imagen de esta publicación. Era obvio que eso llegara a suceder algún día ya que el feminismo de hoy (aún teniendo sus vertientes) sigue atemorizando a conservadorxs y hasta a luchadorxs sociales ya que con sus errores y aciertos (como todo movimiento) sigue exponiendo a personajes que antes quizás hubiera sido dificil exponer y hasta atacar de alguna manera.

Su frase lo reafirma, le encanta del feminismo más (o sólo) su aporte académico que su aporte furioso y de-constructivo de hasta liderazgos en la sociedad.

Talvés también tenga miedo que hoy en día le salga alguna denuncia de hace años o actual.

Ahí entonces le tenemos defendiendo al misógino Neruda en su poema 15 que solo derrocha una oda a la sumisión femenina, con el apoyo del comentario de una cuenta de nombre Bot Antifascista (se ha puesto de moda que todx aquellxs que odie ala derecha se auto-nombre antifa) que dice «Ese es feminazismo cancelador».

En una entrevista que le hicieron podemos ver derrochando algunos de sus pensamientos más conservadores :

¿Por qué no hay mujeres en su libro de entrevistas?

Porque en ese momento, evidentemente, no había liderazgos políticos de este género. Si alguien me pudiera decir “usted dejó de entrevistar, en el año 1975, a alguien”, yo le diría “sí, encantado, pero dígame a quién omití, en términos de representación política”. Lo que pasa es que el mundo ha cambiado, felizmente. Y la misoginia política ha sido destituida. Y ahora mismo podríamos incluir a Verónika Mendoza, por ejemplo, o a la misma Keiko Fujimori.

¿Admiró a Juan Velasco Alvarado?

Sí. Desde luego. Fue un hombre capaz de enfrentarse a la más vieja y rancia oligarquía peruana: la agraria, la de los golpes de Estado, la del control absoluto, la que producía y mataba liderazgos de acuerdo a su conveniencia, la que le hizo la vida imposible a Bustamante y Rivero, que fue otra esperanza fallida para nosotros.

¿Era necesario que el régimen de Velasco interviniera medios como Caretas?

No, no, para nada, ese fue un error absolutamente estúpido de los consejeros de Velasco, como Carlos Delgado, que creían que era el momento de cubanizar la revolución peruana. En vez de, precisamente, subrayar sus diferencias, sus singularidades permisivas, estos consejeros, entusiasmados por la experiencia cubana, le aconsejaron la toma de los medios y ese fue un error suicida. Velasco se puso una pistola en la sien y disparó. Y eso hizo que la Marina tomara la decisión de derrocarlo, convenciendo a sectores del Ejército, que también miraron muy mal el asunto de los medios. Pero, claro, de allí a satanizar a Velasco y culparlo de todo, como hace la derecha hoy, hombre, hay un abismo. La historia va a valorar de un modo diferente a Velasco.

Voy a citar una columna. En marzo de 2015, cuando se discutía la unión civil entre personas del mismo sexo, usted escribió lo siguiente: “El lobby gay ha ejercido en las redes sociales una presión brutal en contra de todos quienes, desde perspectivas tan discutibles como respetables, se oponen al protomatrimonio homosexual. Como si lo políticamente correcto fuese un ucase digno de imponerse a patadas e insultos”. ¿Realmente cree que existe un lobby gay que trata de imponer lo políticamente correcto?

Yo lo que creo es que el matrimonio homosexual no puede ser impuesto por las encuestas. Tiene que ser, en todo caso, incorporado a la legislación de un modo plebiscitario. Y no creo que haya algo políticamente correcto en esto. No creo que haya réprobos, herejes, malditos por un lado. Y por el otro, ángeles e incluyentes, que enfrentan lo demoniaco. Hay un grado fanático aquí que no acepto.

¿En ambos casos?

Mucho más en el caso de los que defienden los legítimos derechos de los homosexuales. Porque cada adversario que les sale es convertido inmediatamente en enemigo irreconciliable de la libertad. Y me parece que tampoco hay derecho a eso. En todo caso, el matrimonio gay es una conquista civil que funciona en Chile y funciona en Los Ángeles, y se extenderá por todo el mundo. Quien no crea en él se convertirá en minoría. Eso es inexorable. Pero en el proceso no podemos decir que la gente que se opone al matrimonio gay está maldita o pertenece a las antípodas de la razón. No, simplemente piensa distinto. Es la intolerancia llamando intolerante al interlocutor. No acepto eso. No acepto las verdades de a puño, los gritos de la turba.

¿Por qué dice que no fue un buen padre?

En realidad no lo sé. Será porque a mí la culpa me visita constantemente, me llama, y porque tengo una propensión a la autocrítica y al arrepentimiento. Pero, objetivamente hablando, no creo haber sido un gran mal padre. Puedo haber sido un padre distante.

Ausente.

Ausente, poco constante. Pero ninguno de mis hijos, que me necesitó, puede decir que yo no estuve allí, en ningún caso.

Por si fuera poco, también le han acusado de no aprobar el embarazo de su hija. Esto tampoco sorprendería de él.

Así como tampoco sorprende que sea pro-minero y petrolero, tal es que en Pandemia cuando agrupaciones y comunidades se levantaron en la Amazonía, sacó en su diario (que dice no tiene auspiciadorxs ya que dice su periódico subsiste a pesar del boicot publicitario, por eso no libera sus informes y lo pone bajo suscripción. Tampoco podríamos esperar mucho de un liberal en lo económico) una publicación que generalizaba la resistencia amazónica tildándoles de terroristas y oportunistas que sacan provecho del Estado y del Privado con sus protestas y tomas de Lotes de Petróleo. Acusación clasista y racista también.

https://www.hildebrandtensustrece.com/suscripcion/tarifa

Si, la publicación también se hace con el objetivo de ir derrocando esa idea de que sólo por el hecho que alguien sea o tenga cierta aceptación academica o ideológica o de lucha, etc, no se le pueda hacer críticas ni mucho menos rechazar actitutes opresivas.


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