Usos y abusos que hacen del anarquista Manuel G. Prada

Hace unos días vimos con estupor como se revivió una anacronía “roja” por parte del líder corrupto de la izquierda conservadora “Perú Libre”.

Nos sorprendió la gran ignorancia, del chavista perucho, de asociar al periodista Hildebrandt (quien ha manifestado abiertamente su posición socialdemócrata) con la acracia. No conforme con el anterior resbalón, y empantanándose más en la ignorancia, el comunista corrupto repite un clásico argumento “rojo” para desmerecer al mas popular anarquista del Perú.

Lamentamos no poder escribir sobre el prejuicio “rojo” para con los anarquistas en nuestra región, que nace con Mariátegui… tarea extensa; desarrollaremos, eso sí, un recuento sobre algunos actuales usos y abusos de la figura de Prada.

Conocido son los usos y abusos de los apristas de la figura de Prada, no nos extenderemos en eso. Lo que si aclararemos es que la crítica hacia Mariátegui no nos enceguece para valorar su claridad con respecto a sus ideas frente a los malabares ideológico de Haya de la Torre, que sus seguidores lo colocan como continuador y hasta superador del pensamiento pradiano (el “jefe” es descrito como un lector del anarquismo, un hombre de “acción”, un continuador de los planes de la Unión Nacional, etc.).

Pero no todos los “usos” de Prada son malos… quizás algunos anarquistas “puros” nos van a excomulgar por lo que enunciamos, pero solo colocaremos un ejemplo: los judíos argentinos hicieron del artículo “Ferocidad Teutónica” (Los Parias, Lima, 1905.)  una especie de arma antigua con la cual denunciar la crueldad alemana y específicamente la de los antisemitas nazis a pesar que Prada lo escribió pensando en el imperialismo alemán y los junkers.

Otro uso, aunque no tan anacrónico, fue el que realizó la familia Prada-Verneuil al publicar los escritos del ausente Manuel contra el dictador Benavides… nos referimos al hoy conocido como “Bajo el oprobio” (1933). Publicado en Paris, el texto se ganó el cariño de los opositores al dictador en una coyuntura donde la violencia política se agudizó y las cárceles se llenaron de comunistas, apristas y anarquistas.

Entre los usos, tambien existen la resemantización (osea cambiar el significado de algo) a partir de proyecciones militantes. Sin barroquismo, podemos poner de ejemplo las conocidas loas que hace el aprista Luis Alberto Sánchez sobre “La Lucha” de Prada (1914), donde se observa unas proyecciones sobre la experiencia de persecusión a su partido en los 30´s por parte del dictador Benavides.  Nos preguntamos: ¿acaso fue Prada el único opositor a Benavides en el 14?

Muerto Prada fue reinvidicado por muchos,y gracias a ellos fue institucionalizado como un “ciudadano ejemplar”. Este “logro” fue gracias a la promoción que hizo liberales y apristas del Prada a su medida y nos ha heredado una caricatura… pasamos del tiempo del cansado “parafraseo” militante, que denunció Mariategui, al uso descarado por parte de los mas viles politicos en la actualidad.

Hay también quienes han “invitado como columnista” a Prada en uno de los periódicos mas odiado por el mismo anarquista limeño (El Comercio), y luego de dicha patinada se atreven a pensar en escribir un libro sobre el anarquista desde una perspectiva liberal en búsqueda de inspirar cambios al sistema es decir con el fin de fortalecer lo «institucional» hablando politologicamente.

Entre los académicos que han estudiado a Prada también ha existido ciertas actitudes de proyecciones o ilusiones interpretativas… conocidos son los casos de los apristas y sus abusos (Sánchez, Chang-Rodríguez y Salvatecci).

No tan resaltado es el caso de Thomas Ward y sus innecesarios comentarios sobre la libertad pradiana y el libertarismo económico (liberconservadurismo? liberfachismo?)…  comparaciones ocasionadas por el desconocimiento que tiene el academico estadounidense de la evolución del liberalismo (sobre todo el de américa latina) y del anarquismo.

Si mezclar papas con camotes nos parece una desafinada actitud académica, no podemos mas que censurar a Ward frente a la siguiente prejuiciosa respuesta para una entrevista [en una tesis sobre Prada que es extremadamente mediocre]:

Existen también académicos peruanos que caen en el abuso en sus estudios.

Joel Delhom, estudioso del anarquismo y de Prada, criticó el libro “Manuel González Prada y el Radicalismo peruano.” de Hugo Pereyra Plasencia, por gastar muchas páginas en demostrar que el radicalismo limeño post guerra del pacifico no tenía influencia del marxismo y del anarquismo… cosa obvia pero que vio necesario explicar para minar la figura del prada anarquista y reivindicar el liberalismo de la generación radical. El “realismo” y el cacerismo del diplomático peruano, que apesta a anacrónico, llevó posteriormente a Plascencia a hacer una loa al contrato grace en un artículo académico.

Los mismos anarquistas también caen en inexactitudes. No gastaremos tiempo en rebatir el “antiespecismo” frente al proteccionismo animal de Prada, ni el “feminismo” frente al paternalismo pradiano… ambas sobredimensionadas por el mito que hicieron sus “seguidores” (anarquistas, apristas, comunistas y académicos del siglo pasado).

Vemos que se reedito “Anarquía” de Prada con un prólogo nuevo, que no pasa de ser un bosquejo de estudio desordenado.  Queremos llamar la atención sobre ciertos puntos que nos parecen no solo inexactos sino también prejuiciosos.

El prologuista ve con malos ojos el estudio de Zanutelli (La saga de los González Prada) por “generar tardía polémica” con sus argumentos con conocimientos “a medias” sobre Prada. Quizás hay que refrescar la memoria del prologuista indicando que dichos escritos de Zanutelli son de la década del 80, tiempo donde se va conociendo mas sobre Prada gracias a las obras completas y la reedición del libro “Nuestras vidas son los ríos…” (1977) de Luis Alberto Sánchez [famoso libro donde toca el tema de la hija abandonada por Prada]… además Zanutelli hace un trabajo archivístico interesante, no solo se apoya en “rumores”.

Uno de los puntos ha reclamar justamente a Zanutelli sería la crítica que realiza a Adriana de Verneuil, viuda de Prada. Y hay que decirlo, la viuda ha sido un personaje olvidado o subordinado a Prada de una forma muy misógina.

El prologuista cae en varias falacias, común cuando se habla sobre Adriana de Verneuil. El desconocimiento sobre las memorias tituladas “Mi Manuel” (manuscrito y libro) asi como de los estudios dedicados a la vida de Adriana generan un ser sin agencia, ósea una viuda sin vida, voz y posición. Así el prologuista omite la amistad de Adriana de Verneuil con Luis Alberto Sánchez y Haya de la Torre, omite la labor intermediaria entre Alfredo González Prada y el Don Manuel de Sánchez (quien para ese tiempo todavía no era un aprista), omite la reserva y celos de la familia por los manuscritos de Prada, omite el apoyo de los jovenes anarquistas a Adriana [Horas de lucha 2da edición y Anarquía], omite la represión policial y la desaparición de la biblioteca de Prada en manos de Haya de la Torre, la relación entre Adriana de Verneuil y las mujeres apristas, la posición religiosa de la viuda, omite la viudez de Adriana, la soledad tras el suicidio de Alfredo, etc.

El prologuista en su afán de reivindicar al Prada anarquista cae en lo que acusa: “especulaciones”.

Prada ha sido domesticado oficialmente por el estado y su rival discursivo, ósea las propuestas anarquistas, cae en divagaciones o refritos idolátricos que no aportan nada. Si queremos vulgarizar la faceta anarquista de Prada, comencemos por matar aquel ídolo y su mito (recordemos su racismo, su paternalismo patriarcal, su escasa voluntad por buscar a su hija, etc.)… además de facilitar sus escritos (aún sus obras completas no estan en pdf, ni copia, ni liberados!)


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